Tengo en mi memoria y en mi corazón hermosos recuerdos de infancia gracias a mi madrina Esthela, nos fascinaba ir a su casa siempre nos recibía con mucho cariño y una que otra sorpresa. Cuando yo aún era niña emigró a Estados Unidos pero nunca dejó de mostrarnos su cariño. Sus visitas eran motivo para reunirnos de nuevo todos los primos como cuando éramos niños. Mi hija Ximena cuando empezó a hablar le decía ” Tita” igual que a mi mamá, en el 2017 que la visitamos en Temécula ella corrió a abrasarla con mucho cariño, ahora mi hija me confiesa que creía que era otra abuelita.